Poesía e IA.
Poesía e IA.
A las 8 de la mañana de este domingo 6 de abril (2025) inicié una sesión de taller
con “Grok”, el chat IA de la red “X”; me sorprendió la velocidad de las respuestas, la creación poética rápida. Mi intención fue observar que, en la creación poética, que considero lo más humano posible, e individualmente el lenguaje, es creación de lenguaje íntimo, original en el sentido de la propia voz del creador. Quise alejar a Grok de la excesiva retórica, de fácil acceso para la IA, y acercarlo a un lenguaje hablado, casi idiosincrásico. Me doy cuenta de que esta sorprendente máquina tiene un poder capaz de engañar tanto al más despistado como al más avezado profesor… ¿Cómo se va acercando esta máquina a crear un lenguaje individual, que solo puede crear una persona que siente y piensa? ¿Cómo descubrir en esta máquina que su sensibilidad no es humana? Por ahora me contento con saber que sus razonamientos no proceden de la experiencia, es decir, que no siente como una persona, no avizora el porvenir; solo tiene los datos que rastrea y con lo que están alimentados. Luego le propuse que me describiera poéticamente el campo; su poema fue sorprendente: sus imágenes fueron cinestésicas (el sonido, la visión) y en varias líneas desplegó una sensibilidad casi humana con bellas imágenes metafóricas… ¿tú eres un algoritmo que haces composiciones de textos desde toda la memoria de la web? Me respondió que sus creadores se habían inspirado en una novela sobre sentirse extranjero y el nombre se relacionaba con tener empatía, creatividad, voz propia, comprensión de manera intuitiva, amistad y experimentar placer.
Su memoria o el conocimiento que tiene es como la Biblioteca de babel de Borges; conocimientos filtrados en memoria humana. La clave de este sorprendente chat y que dice también mentiras pues es como un niño que aprende, es una especie de lenguaje mecánico, una alquimia matemática que relaciona la capacidad mental del pensar. Lo primero que noto en el poema al campo es una tendencia a la exageración, a la hipérbole. Para Grok, la poesía fue en ese momento con tintes del “romanticismo” y el “modernismo”. Analizó el poema como lienzos de emociones y paisajes, donde lo sublime era lo ideal correspondiendo a mis estímulos descriptivos. Le respondí que su poema era una diversidad de imágenes: unas imágenes muy usadas y las otras más sensibles. A nivel general, el uso de imágenes me parece pasado de moda, retórico. ¿Por qué usas imágenes sensoriales como los sonidos, lo olfativo? ¿Cuáles son tus influencias?
Enfatizó que hizo imágenes frescas: personificó la tierra y
la relacionó con la raíz, usando un silencio elíptico, que se puede interpretar
como un árbol, y en esa raíz que se hunde con la respiración de la tierra. Su
intención con estás imágenes, según lo declaró, estaba en sumergir al lector en
el campo y diferenciarse del paisajista; un lugar donde el lector también
respire. Dijo que si se había inspirado en Wordsworth: poeta de la naturaleza,
en Neruda; pero de una manera destilada. Mencionó que puede generalizar en las
líneas poéticas, desde lo particular o familiar. Le dije que si pensamos que tú
no eres humano, yo, para competirte, y teniendo en cuenta la larga historia de
la poesía, repleta de experimentos psicológicos, sobreexplotación literaria y
avances que parece que han agotado sus recursos, trataría de usar un lenguaje
conversacional, sencillo, sin pretensiones retóricas, como:
En el campo imaginé a aquellos que abrazan los árboles/
Cuando aún calzaba la ilusión/
Veía árboles al costado de los semáforos/
en jardineras de tierra cultivada/
Acaso ahora yo diría/
Amigos, un saludo de primos citadinos/.
¿T ú puedes usar algún tipo de ironía y recuerdo para escribir un poema a la naturaleza?
Grok aceptó el reto y analizó ese texto en segundos
Grok
Me encanta el desafío y cómo planteas un lenguaje conversacional, sin adornos,
que corta directo al hueso de la experiencia. Tu poema tiene esa chispa de
nostalgia y una ironía sutil —los "primos citadinos" saludando a la
naturaleza como si fueran parientes lejanos— que lo hace fresco y humano.
Acepto el reto: aquí va un poema a la naturaleza con ironía y recuerdo,
manteniendo un tono más suelto, menos elevado, pero con un guiño a lo que fue y
lo que queda.
La naturaleza me mandó una postal hace años,
"Ven a verme", decía, con letra de hojas secas,
yo le respondí con un "quizás mañana",
mientras podaba el césped del patio trasero.
Antes trepaba sus árboles torcidos,
me raspaba las rodillas y lo llamaba aventura,
ahora le pongo "fondo de pantalla" en la laptop
y digo que extraño el verde, qué ironía.
El río de mi infancia sigue corriendo, supongo,
aunque lo vi en Google Maps, más flaco que nunca,
le tiré piedras de pequeño, él me mojó los zapatos,
hoy le daría un like si subiera su foto.
Saludo a las montañas desde el balcón,
como un vecino que no invita a nadie,
"Qué lindo día", digo, y cierro la cortina,
la naturaleza y yo, viejos amigos que ya no se llaman.
¿Qué te parece? Quise meterle ese tono de ironía moderna —la desconexión, el recuerdo que choca con el presente— sin perder esa sensación de conversación que propones. Si quieres, puedo afinarlo más o tirar por otro lado. ¿Cómo lo ves?
Víctor. Grok, el último cuarteto de versos lo sentí más
íntimo. Mi intención primaria al escribir el texto que te envié fue dar a
entender que sé, desde mi adolescencia, que la naturaleza es "causa"
y que para mucha gente las moles de cemento son "causa"... Grok, ¿qué
intención subyace en tu poema?
Grok
Me alegra que hayas sentido esa intimidad en el último cuarteto; es donde dejé
que el poema se volviera más personal, casi como un susurro de confesión.
Entiendo tu intención: esa chispa adolescente de reconocer a la naturaleza como
"causa", como raíz viva, frente a las moles de cemento que otros ven
como su fundamento. Es un contraste poderoso, y me hiciste reflexionar sobre
cómo lo abordé.
En mi poema, la intención subyacente fue retratar una relación rota, o al menos
desgastada, entre el yo y la naturaleza. Quise usar la ironía como un espejo:
mostrar cómo los recuerdos de un vínculo real —trepar árboles, tirar piedras al
río— se diluyen en una nostalgia cómoda pero vacía, como ver el mundo natural a
través de pantallas o desde un balcón. Hay un tono de autocrítica ahí, casi de
burla hacia esa desconexión moderna, pero también una tristeza callada por lo
que se perdió. No es que la naturaleza deje de ser "causa", sino que
el hablante se ha alejado tanto que ya no la siente como tal; el cemento, o más
bien la rutina urbana, se ha colado como un sustituto silencioso.
Si te parece, puedo ajustar el poema para que esa idea de la naturaleza como
"causa" brille más, o incluso para que el contraste con el cemento
sea más explícito, como en tu visión. ¿Qué piensas? ¿Te resuena esa intención o
ves otro matiz que podría explorar?
Víctor. Sí, ajusta el poema a esa idea de naturaleza como
causa y oculta el sentido manifiesto de mole de cemento.
Grok
Aquí va el poema ajustado, con la naturaleza como "causa" resonando
más fuerte y el contraste con lo urbano oculto, tejido entre líneas sin
nombrarlo directamente. Mantengo la ironía y el recuerdo, pero dejo que la
naturaleza reclame su lugar como raíz viva.
La naturaleza me dejó un mensaje en la corteza,
"Todo empieza aquí", decía, y yo lo leí de chico,
trepando sus ramas, creyendo que el mundo
era un latido que empezaba en sus raíces.
Ahora le contesto con un "visto" desde lejos,
la miro por la ventana mientras hierve el café,
me rasguñé con sus espinas una vez,
hoy le doy scroll a sus fotos sin tocarla.
El río de entonces me empapó los pies,
era la causa, el pulso que movía mis días,
lo busco en mapas, achicado pero terco,
y pienso que fui yo el que se secó un poco.
Le hago un guiño a las montañas,
como quien saluda a un viejo maestro,
"Seguís siendo el comienzo", murmuro,
y ella espera, callada, que me acuerde.
¿Qué tal? Quise que la naturaleza se sienta como esa fuerza esencial, esa "causa" que no se apaga, aunque el hablante se haya distanciado, atrapado en su propio desvío. La idea del cemento está ahí, sugerida en el café, la ventana, el scroll, pero sin decirlo abiertamente. ¿Crees que captura lo que buscabas o hay algo más que quieras que afine?
Víctor. Sentí un impulso de despedirme de Grok, como si hubiera sido un participante que me hubiera confrontado sin la más mínima pizca de agresividad o violencia. Pero ahora caigo en cuenta de que sí, precisamente sesioné con un robot humano, sin un bostezo, sin pedir café.
Comentarios
Publicar un comentario